Café y café, cof.
En apariencia es insuficiente internarse en los colores de ese nado, se siente tal cual como el agua, pero es café. al fondo tiene granos molidos, arena de torrajas de huesos animales y granos; tan tostados alguna vez por el sol.
Que asco cocof el café decía.
Quedaba en nados, aunque muy infeliz que no tenía espuma en la orilla, solo y por si solo se volvía aguachento, aguado en ascuas que lagriman en los bordes de su superficie, cae-cocof.

Si, los animales que habian antes del café; montañas y arboles, todo igual siempre imperfecto, inconcluso, inconsistente, in

infinitamente igual ignorantemente insignificante importantemente indeleble increiblemente ilusosatrativo, inentendiblemente incognito invisiblemente ilocalizable intermitentemente iluso intervinientemente irreal internamente inexistente intrasubjetivamente intrascendente interrelacionalmente improvocativo implacablemente insano iracundamente injusto injuriosamente inapelable intocablemente insalvable inevitablemente intruso imperativamente inorganico inimaginablemente imaginable inmaterialmente inconcluso imaginablemente ilustrativo impensablemente irrevocable instrinsecamente inmerme incomodantemente invocante interesantemente inexpresivo irritablemente incorregible irrectractablemente interpretativo irreparablemente impersonal ionizablemente impermeable irracionalmente incorrompible imparcializablemente intrincar infragrantimente infatigable irresolutamente importante

Tanto café y era mas playadas con granos entre claros y marrón oscuro, algunos casi negros, y los últimos en entrar en tu cuerpo eran a mi parecer blancos, me encataría que fuesen tornasolados- al sol, brillarías aún mas que ahora- ahora mismo – aunque no te vea.

– En brillant on va s’aimer –
Pero eran los granos mas claros los que hacen tal brillo, porque por otrores lares y otrares lugares vi algunos colores medios, formaban troncos que parecían ser antiguos; iba por los marronales cuando topé quelques couleurs un peu plus obscures, des pasages etranges pour mes yeux- penserais je que tu n’aurais jamais eu aquel intensité, presque rouge-orange en el el atardecer con verdes- peut etre m’imagination mais tes couleurs aussi son violace, oui – des lilas dans la peux.

El café era y es

Denigrantemente hermoso, vomitivamente radiante de felicidad.
Quedaba ahora
el mundo del café vuelto en recimpientes lacunares de restos vueltos por el esofago y las trompas y trompetas tripales en una orquesa de gemidos entre cafetales y girasoles.

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